21 noviembre 2010

Conociendo a Émily. Segunda Cita

Para saber de que va esto debes leer la Primera cita, y si no lo haces no te enterarás absolutamente de nada. Allá tú con tus consecuencias.

¿Estaba soñando?¿Y ese ruido? ¿Por qué me duele tanto la cabeza? La alarma del reloj retumbaba en la habitación como un moscardón intentando salir por una ventana que claramente se ve que está cerrada pero no, el sigue insistiendo. 9 de la mañana. No era un sueño, lo que pasó anoche fue tan real como que la Tierra es plana (ya que la historia que estoy relatando es totalmente ficticia)...

-¿Hola Émily que tal el día?.- dijo el Barman mientras limpiaba su jarra favorita.

-La verdad es que lo normal, recetas, recetas, y algún resfriado sin importancia.- Dijo Émily mientras el barman le servía un Nestea.

Por lo visto era  doctora o algo similar cosa que me gustaba y a la vez admiraba ya que dichos estudios requieren años de juergas en la universidad. Y por fin supe su nombre. Émily.

Entonces empecé a divagar las posibilidades: -¿Le digo algo? No mejor no, es más yo ni debería estar aquí, pero si estoy es por algo, quizás el destino, o simplemente casualidad, si es que ya sabía yo que no tenía huevos, huevos..., mm hablando de huevos creo recordar que se me han acabado, mañana tengo que comprar huevos...

-Bueno Barman me voy un saludo.- Dijo Émily mientras cogía su bolso.

Miré el reloj y habían pasado 20 minutos desde que entró, ni me había dado cuenta. Y antes de que tuviera ocasión para reaccionar se había marchado. Ni siquiera me miró, ni siquiera percató mi presencia en aquel lugar.

-¿Es guapa verdad?- Dijo el Barman mientras volvía a limpiar su jarra.

-Pues sí que lo es..., esto... una pregunta: ¿Por qué los barmans siempre limpiáis la misma jarra de forma interminable?

-Amigo mío hay ciertas cosas en la vida que es mejor que no sepas.

Con esa misteriosa respuesta me tomé solamente 7 cervezas más pensando la ocasión que perdí y me fui por donde había regresado.

Y por eso recordé el por qué ese dolor de cabeza. "Luego haber si me acerco al médico a que me receten algo". Lo que no sabía yo quién me encontraría en esa consulta.

Pero eso es otra historia.

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